viernes, 1 de febrero de 2013



EL CUERPO 

En los cuerpos y en el tamaño de los mismos sí que había diferencias considerables, desde tamaños enormes como el diplodocus, cuyo cuello podía llegar hasta los 4 pisos, a otros de tamaño poco mayor al de un gato actual. Los cuellos eran largos, cortos, gruesos o finos, y se adaptaban a las necesidades de cada animal, así los herbívoros necesitaban cuellos más largos para poder llegar a las ramas de los árboles, los carnívoros necesitaban cuellos más robustos para poder despedazarHueso de dinosaurio a sus víctimas.
Los dinosaurios fueron probablemente los primeros animales que caminaron erguidos sobre sus 4 patas, las patas eran de todas las formas y tamaños, según sus diferentes estilos de vida. Los dinosaurios desarrollaron las patas delanteras de formas distintas, algunas con sólo dos dedos, y las usaban de distintas maneras. Algunos tenían las patas anteriores fuertes, largas y prensiles. Los extremos de las patas estaban provistos de garras, las cuales les servían para atacar a sus presas o para defenderse de otros dinosaurios. Muchos dinosaurios tenían garras de uno u otro tipo. Algunos herbívoros, como los iguanodontes o los saurópodos, las usaban para mantener a raya a sus enemigos. Uña de dinosaurioSus temibles zarpas entraban en acción cuando percibían algún peligro para ellos o sus crías. Muchos carnívoros tenían garras afiladas como navajas y con ellas mataban a sus presas.
Con el fin de protegerse, varias especies de dinosaurios desarrollaron también verdaderas corazas que protegían las partes vitales de su cuerpo. Esas corazas estaban formadas por cientos de placas óseas fijadas a su piel. Se cree que algunos tenían hasta un millar de ellas.
Respecto a su piel era dura y escamosa. Era una piel seca, que les permitía protegerse del frío y de la humedad reinante. Donde más desconocimiento hay es en lo que respecta a sus órganos internos, así por ejemplo se supone que los saurópodosPiel escamosa del Edmontosaurus gigantes necesitaban un corazón muy potente para hacer circular la sangre por su enorme cuerpo, incluso se ha llegado a pensar que podrían haber dispuesto de dos corazones. Podemos imaginar la fuerza que debía de tener el corazón para bombear la sangre de un extremo a otro del Brachiosaurus. Su cuello era realmente largo. La cabeza se alzaba a más de siete metros por encima del corazón, que tenía que haber sido muy grande y musculoso para poder bombear la sangre a tanta altura.
Respecto a su respiración los expertos creen que los dinosaurios respiraban de una manera muy parecida a la nuestra. Se puede precisar el tamaño de los pulmones de un dinosaurio observando las dimensiones de su caja torácica. Cuanta más convexidad presenten las costillas, mayores serán los pulmones. Se han encontrado esqueletos de algunos dinosaurios con agujeros en las vértebras. Los científicos creen que contenían sacos aéreos. Las costillas los comprimían, y se llenaban y se vaciaban como fuelles, impulsando el aire de los pulmones dentro y fuera.

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